Y yo, ¿por qué me he metido en todo esto?

Puedes organizar tu boda en dos años o en dos meses. El tiempo que le dediques a ello no tiene relación con el resultado ni la personalización de la misma. Si quieres hacer una boda que sea «tú boda», lo vas a hacer. Si quieres dejarte llevar por lo que los proveedores, familiares y el entorno te vayan facilitando lo harás tengas el tiempo que tengas y si quieres meter la nariz hasta en el último rincón y el último papel que se usará ese día lo harás también independientemente del tiempo hasta el día elegido.

En ambos casos, organices tu boda con más tiempo o menos tiempo o seas una novia que se deja llevar o una novia organizadora puede que (casi seguro que) llegue un momento en que te estreses. Te estreses, te agobies, no seas capaz de seguir avanzando en los preparativos e incluso te plantees todo lo que llevas organizado hasta ese momento. Incluso si eres una persona nerviosa, puede ser que tengas varias crisis de este tipo. A veces llegan solas, otras veces vienen porque no eres capaz a encontrar el peinado perfecto, el maquillaje que más te favorezca o porque no te pones de acuerdo con tu pareja en elegir este o aquel detalle. Suele ser una pequeña cosa, una pequeña cosa que a ti, de repente, te parece un mundo. Un mundo enorme y desconocido, que incluso puede darte miedo y lo único que deseas es buscar las piernas de alguien y meterte detrás, como hacías de pequeño, y asomar la cabeza y mirar. Mirar desde la protección.

Siempre tendremos las piernas de nuestros familiares para ponernos detrás pero oye, a una por mucho mundo desconocido que se le plante delante le da un poco de vergüenza de la buena arrodillarse y hacerlo. Por esto, un buen día te descubrirás pensando eso de ¿por qué me he metido yo en todo esto? Y puede que (casi seguro que) en ese momento no tengas muy clara la respuesta o que, aunque la tengas, no la entiendas.

 

como-relajarse-para-boda-ella

Entonces respira. Respira y piensa que te metiste en todo esto porque sientes amor del bueno y bonito y quieres mucho a la otra persona. Respira y acuérdate de que compartir vuestro amor con la gente que también os quiere es lo más mejor. Respira y vete mentalmente al momento en él que le dijiste el primer si quiero. O él te lo dijo a ti. Respira y piensa en todas las veces que te imaginaste vestida de blanco. Respira y piensa, recuerda vuestros momentos, vuestra felicidad, vuestras sonrisas y risas. Por todo esto, y por mucho más, decidiste un día que darías un sí y que lo firmarías, aunque a ti eso de los papeleos no te vaya y termines perdiendo el certificado de matrimonio el mismo día de la boda, horas después de haberlo firmado y te lo recoja un encargado de mantenimiento en un jardín. Respira y deja que vuelvan esos nervios que aparecieron el primer día que la boda se hizo más real con alguna compra o encargo. Respira y visualiza a tu consorte guapetón, guapetón enfundado en un señor traje. Respira y acuérdate de que, casarte te hizo (y te hará) muy feliz. Y sonríe. Así. A lo grande.

Y volverá otra crisis, puede que alguna que otra discusión y puede que llegues a exclamar eso de «yo no me caso», que me sé yo de una que lo llegó a decir el mismo día del bodorrio a primera hora. Pero te casarás. Y en el momento en que veas a tu futuro marido ya no te acordarás de esas discusiones por si ponemos esta flor o aquella, de aquella falta de interés que tanto te molestaba, de aquel día en que te apetecía salir corriendo. No te acordarás porque en ese momento, en ese justo instante, recordarás porqué te has metido en todo esto. Y respirarás de nuevo, aunque esta vez igual te cueste un poco más.

 

 

 

 

 

(y chicas, aunque pasemos de papeleos y nos consideremos una familia ya antes de la boda, reconozcamos que recoger el libro de familia mola mucho!)

 

Foto vista aquí

2 comentarios en “Y yo, ¿por qué me he metido en todo esto?

  1. Yo creo k el mes antes de la boda, debi de decir que no me casaba como veinte veces!

Deja un comentario